02/03/2017
MENSAJES - Queridos Cohermanos "jóvenes",
ante todo un fraternal saludo y un voto de bien a cada uno de uds. Desde ya me imagino las preguntas y la perplejidad que en algunos pueden suscitar este saludo inicial. Quienes son los cohermanos "jóvenes"? Para "jóvenes" entiendo los cohermanos que se encuentran entre los primeros 15 años desde la ordenación sacerdotal o desde la profesión perpetua.
Esta afirmación explica en parte también el porqué de esta carta: los años que siguen, tras haber transcurrido diversos tiempos en las estructuras de los seminarios y tras haber cumplido el curso de los estudios teológicos, constituyen el tiempo en el cual sucede el ingreso a la vida pastoral sin aquellas "protecciones" y "apoyos" que el seminario aseguraba.
A la novedad inicial de un nuevo y distinto ejemplar de planteamiento de vida, sucede el momento de los verdaderos y propios desafíos, del ponerse a la prueba de las propias capacidades, del medirse sobre las propias fuerzas frente a las dificultades y a las posibles crisis, del verificar el arraigo de los propios convencimientos de fe, del saber "estar de pié" solos, del tener éxito en el encontrar nuevos modos y nuevos momentos de crecimiento personal.
Los números indican también que este es el tiempo durante el cual se verifican el mayor número de defecciones. Este es el motivo de una carta dirigida sobre todo a los "jóvenes cohermanos". A esta reflexión agregaría un dato objetivo intrínseco: los jóvenes, de cualquiera sociedad, representan las potencialidades del futuro. También para nosotros, familia religiosa, uds. constituyen la inversión más preciosa para el futuro de nuestra Congregación.
El mismo Papa Francisco, hace unos días, hablando a los participantes en la Plenaria de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y la Sociedad de Vida Apostólica, se refirió distintas veces a estas temáticas. Hacemos tesoro de las mismas, volviendo a tomar de vez en cuando algunos de estos pasajes.