19/01/2017
REFLEXIONES - La palabra resignificación me parece emocionante. Es una invitación a despertar los anhelos del corazón, a la creatividad, a la audacia; y al mismo tiempo es invitación a tocar lo esencial, la raíz, aquello que les da fundamento, solidez, y sentido profundo a los consejos evangélicos que intenta mos vivir en el cada día de nuestro seguimiento de Jesús.
Alguna vez leí que los consejos evangélicos que asumimos con voto público, son en realidad el anhelo de vivir al estilo de Jesús... un anhelo que no acaba nunca de concretizarse, que se va encarnando cada día, que se va traduciendo poco a poco en actitudes, en compromisos, en vida. Un anhelo que sabe de fragilidades, de torpezas, de miserias humanas, y que también se ha sentido im pulsado, alimentado y sostenido continuamente por la gracia del Espíritu, sin la cual no sería posible vivir los consejos evangélicos en libertad y alegría. Atreverse a una resignificación de los consejos evangélicos es apasionante, ya que es hermoso ponerse a discernir lo que hoy el Espíritu y el mundo nos piden.