El origen del libro se encuentra en la insistente pregunta de la madre del autor, una señora muy piadosa, que cayó en dudas de fe cuando un accidente callejero redujo a su hija a un estado tetrapléjico.
El P. Leonard, profesor de comunicación en la Pontificia Universidad Gregoriana, dijo en una entrevista que si él creyera que Dios era responsable del accidente de su hermana habría abandonado el sacerdocio, la Compañía de Jesús y la Iglesia porque "un Dios que mutila de ese modo a una muchacha no es un Dios en el que yo pueda creer o al que quiera servir".
Y continuó: "Dios no envía a las personas dolores, tragedias ni sufrimientos. El mismo sufrió. En la falsa convicción de que Dios sea culpable, los que sufren se alejan con frecuencia de la fe.
Por eso, después de tantos años dedicados a la ayuda de los que son víctimas de tragedias y se esfuerzan por encontrar a Dios en medio del sufrimiento, he decidido escribir este libro".
InfoSJ Vol XV, n° 23
Publicado: 22.11.2010